La búsqueda del maestro. A Musá Najib le preguntaron por qué cobraba honorarios a aquellos que asistían a sus sesiones y por qué a menudo ni siquiera se dirigía a su público. Dijo: “Cobro por esta lección objetiva: la gente cree que el conocimiento debe darse gratis y, por lo tanto, confunde todo lo que es gratis por conocimiento. No siempre doy conferencias, porque, entre los Sufis 'el maestro encuentra al discípulo'. El discípulo debe estar físicamente presente, pero puede estar ausente en cualquier otro sentido. Cuando percibo que un discípulo está 'presente', entonces lo 'encuentro', porque su llamado interior es oído por mí, aunque sea silencioso para él.” “Busca y serás hallado.

Lectura instantánea. Cierto famoso fakir afirmaba en el pueblo que podía enseñar a leer a una persona iletrada mediante una técnica relámpago. Nasrudín salió de entre la multitud. “Muy bien, enséñame, ahora.” El fakir tocó la frente del Mulla y dijo: “Ahora ve a casa inmediatamente y lee un libro”. Media hora más tarde, Nasrudín estaba de vuelta en el mercado, llevando un libro en sus manos. El fakir se había marchado. “¿Puedes leer ahora, Mulla?”, le preguntó la gente. “Sí, puedo leer, pero eso no es lo importante. ¿Dónde está ese charlatán?” “Cómo puede ser un charlatán si ha conseguido que leas sin aprender?” “Porque este libro, que es de incuestionable autoridad, dice: 'Todos los fakires son farsantes.

Contrario a la expectativa. Un hombre sabio, la maravilla de su época, le enseñaba a sus discípulos a través de lo que parecía ser una inagotable fuente de sabiduría. Él atribuía todo su conocimiento a un grueso tomo que estaba guardado en un lugar privilegiado de su habitación. El sabio no le permitía a nadie abrir el volumen. Cuando murió, aquellos que siempre lo habían seguido, considerándose como sus herederos y ansiosos por poseer lo que contenía, corrieron tras el libro para abrirlo. Quedaron sorprendidos, confundidos y decepcionados cuando hallaron que lo escrito ocupaba apenas una hoja. Quedaron aún más desconcertados y luego irritados cuando intentaron penetrar en el significado de la frase que sus ojos habían encontrado. Era: “Cuando te des cuenta de la diferencia entre el contenedor y el contenido, tendrás el conocimiento.