-¿Pero cómo se te ocurrió cantar?- le pregunté.-Qué otra cosa se me iba a ocurrir si me habías tenido toda la tarde con el estribillo ese del verde que brota del mar, y la boquita de sangre marchita que tiene el coral. Me dormí repitiéndola y de tanto decirla ya no sabía si las borrachas eran las ojeras o las palmeras.

Your Comment Comment Head Icon

Login