Me dieron ganas de cogerle la mano o el brazo mientras él miraba toda esa belleza babeando, como un pobre chucho flaco ante un hueso súper jugoso pero fuera de su alcance, y decirle bajito:Volveremos... Te prometo que volveremos... ¡Levanta la cabeza, Franck! Te prometo que algún día volveremos... Y nos quedaremos para siempre...
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